“LAS
MUJERES EXTRAORDINARIAS DE TAMAULIPAS EN LA HISTORIA”
1748-1950
Doña María
Josefa Llera y Bayas de Escandón
Segunda esposa de José de Escandón y
Helguera, primer Conde de Sierra Gorda, con quien contrajo matrimonio en
Querétaro en enero de 1737. Fue hija
de Santiago de Llera y Ruvalcaba, regidor del Santo Oficio de Querétaro y de
Isabel de Bayas, ambos de opulentas familias.
Doña María Josefa heredó de sus
padres cuantiosa fortuna, procreó a siete hijos que fueron: María Ignacia,
Manuel Ignacio, Ignacio Vicente, Mariano Timoteo, Francisco Antonio, Josefa
María y María Josefa. Ninguno tuvo descendencia.
Radicó en la casona del Conde en
Santander, hoy Jiménez, donde falleció el 14
de marzo de 1762. Don José de Escandón
y Helguera fundó la primera Villa en el Provincia del Nuevo Santander. “Llera”,
bautizada así en su honor, el 25 de
diciembre de 1748.
Dictó
su testamento juntamente con el de su esposo en Santander.
Doña
Agapita Ortiz Martínez de Méndez
Heroína Tamaulipeca. Nació en
Santillana, hoy Abasolo, en 1803
siendo hija de Don Gabriel Ortiz y Doña Brígida Martínez. Se mudó la familia
Ortiz, de Santillana a Santo Domingo de Hoyos, actualmente Hidalgo. Contrajo
matrimonio en primeras nupcias con José María Morelos de quien enviudó y casó
en segundo matrimonio con el ranchero Pedro José Méndez padre, quien fue
Diputado local en 1830. Fue madre
del héroe tamaulipeco Gral. Pedro José Méndez Ortiz y de Gabriel de los mismos
apellidos, quien también se consagró a
la causa republicana contra los franceses. Doña Agapita enviudó en 1853 de su segundo esposo y se dedicó a
sus ranchos y familia, distinguiéndose por su valor ante el allanamiento e
incendio de su casa y de las depredaciones de los franceses, apoyando siempre a
su hijo hasta su muerte heroica en Tantoyuquita, Mpio. de Cd. Mante el 23 de
enero de 1866.
Boda del Gral. Pedro J. Méndez y su Señora Ma. de Jesús Moncayo
Doña
Juana Torres Villanueva de Carrera
1864 –
1940
Madre
de Cinco Generaciones Revolucionarios
Nació en el rancho San
Antonio de Padua, del Municipio de Mineral de Bustamante, Tam., México, en 1864, fueron sus padres el señor
Epifanio Torres y la señora Felícitas Villanueva.
Contrajo matrimonio con
Candelario Carrera Muñoz, hijo de Dionisio Carrera y Petra Muñoz, originarios
de la Hacienda del “Carmen”, San Luis Potosí. Durante los primeros años de
matrimonio, vivieron en diferentes puntos del municipio de Mineral de
Bustamante, entre ellos: San Antonio de Padua, La Mesa de los Altos, El
Aguacate y finalmente en el Rancho “El Polvo”, donde asegura don Candelario que
nació su hijo Alberto Carrera Torres en 1889.
Sin embargo doña Juana Torres Villanueva, expresó de viva voz, que su hijo
Alberto nació en el Rancho “Atarjeas” el
23 de abril de 1878, Doña Juana
y Candelario, tuvieron otros hijos de nombre: Eutiquio, Francisco Sulpicio, Fausto, Antonio, Benito y Juana;
todos revolucionarios de 1910
a 1918,
incluyendo a Doña Juana y Candelario
su esposo, de igual manera varios familiares del clan Carrera Torres.
Doña Juana Torres Villanueva de Carrera
Los ranchos “El Polvo y
Atarjeas”, distan unos dos kilómetros uno del otro, si tomamos de referencia el
de Atarjeas que se encuentra hacia el poniente. Los dos ranchos pertenecían a
la jurisdicción de ¨Calabacillas¨, hacienda que era propiedad del español Francisco
Ibargüengoitia, establecido en Ciudad Tula, según manifiestos de 1908. Doña Juana Torres Villanueva y su
esposo don Candelario, enviaron a su hijo primogénito Alberto a realizar sus
estudios a Tula, después de haber pasado sus primeros años entre los ranchos
“El Polvo y Atarjeas”, enclavados entre las faldas de la sierra del municipio
de Mineral de Bustamante, comunicados estos dos hacia el Norte con el rancho
¨El Aguacate¨, La hacienda del Gavilán, la Villa de Mineral de Bustamante, la
hacienda de Santa Ifigenia, la Villa de San Juan de la Miquihuana y los ranchos
de Valle Hermoso y la Marcela, ubicados en lo alto de la sierra de Miquihuana,
con salida al Estado de Nuevo León , al Sur con la hacienda de Calabacillas y
Tula,
Gral. Alberto Carrera Torres
Fue doña Juana Torres
Villanueva, la mano conductora de la educación de sus hijos, pues mientras Alberto
se preparaba en Tula bajo la tutela del Maestro Manuel Villasana Ortiz, ella
continuaba con las actividades cotidianas en el solar familiar, cuando su hijo
Alberto empezó a ejercer como maestro en la Villa de San Juan de la Miquihuana,
Tam., en 1908-1909. El panorama de
vida de la familia Carrera Torres se tornaba diferente y doña Juana tenía que
lidiar con el cuidado y conducta de los otros hijos, pues la responsabilidad
recaía en ella. Al saber que su esposo Candelario se ganaba la vida en el
traslado de mercancías de Miquihuana
a Tula y en ocasiones hasta San Luis
Potosí.
Según datos del C.
Marcos Hernández Cervantes, Cronista de Miquihuana, don Candelario y doña
Juana, vivieron en la villa entre los años de 1908 a 1910, pues don Candelario trabajaba
para el hacendado Don Juan J. Castaños y tenían su solar en donde actualmente
se encuentra la Escuela Secundaria “Alberto Carrera Torres”, del lugar.
Rio Guayalejo en la Villa de Llera
Al levantarse en armas
su hijo Alberto Carrera Torres y don Candelario, su esposo, en noviembre del
mismo año y después de haber pasado por varios problemas por defender sus
derechos y a los campesinos pobres. Doña Juana, siempre apoyó e incluso
participaba en las acciones de armas, lo mismo giraba documentos a los
subalternos de su hijo Alberto, para buscar las formas de atacar al enemigo,
atendió heridos, enfermos, dio protección a soldados de la Revolución que
coincidían con la causa, buscaba víveres, armas y se hacía llegar hasta los
escondites ubicados en la sierra de Mineral de Bustamante, Miquihuana, Tula y
la región, donde se encontraban los guerrilleros de Carrera Torres.
En cierta ocasión se escondió
en una cueva llamada “Del Perro” muy
cerca del ojo de agua del rancho “Atarjeas”, pues conocía perfectamente el
lugar y los caminos que conducían a las rancherías y pueblos. De la cueva del perro, cerca del rancho “Atarjeas” en tiempos de la
Revolución, salió discretamente por los caminos de herradura, llegó a la
hacienda del Gavilán y desde este lugar la escoltó el capitán Ricardo Barrón
Pérez, (nativo de Mineral de Bustamante), con su gente, pasando por Santa
Ifigenia hasta Miquihuana y de ahí los Coroneles Pomposo Vargas y Juan Bautista
Amaya, la escoltaron a las Joyas de
Marcela, donde se encontraban las tropas de sus hijos.
Entre los meses de junio y julio de 1915, fue aprehendida
en el rancho el Carrizal de Moctezuma, y enviada a Ébano, S. L .P., en compañía
de sus hijos Francisco y Benito, fue entregada al Gral. Gaspar de la Garza,
quien los remitió a Tampico, siendo liberada allí por órdenes del general
Emiliano P. Nafarrate.
Al fusilar a su hijo,
profesor y general Alberto Carrera Torres, en Ciudad Victoria, Tamaulipas, el 16 de febrero de 1917, se encontraba en
la ciudad de Tula, Tamaulipas y después de la muerte de su esposo Candelario,
(en combate) Eutiquio y Alberto, sus hijos, doña Juana Torres Villanueva,
siguió viviendo en Tula, posteriormente se trasladó a la ciudad de San Luis
Potosí, S. L. P., donde vivió gran parte
de su vida y murió tranquilamente a la edad de 76 años, el 22 de agosto de 1940, según datos del trabajo, titulado, (Juana
Torres Viuda de Carrera, mientras que el historiador Alberto Alcocer Andalón,
comenta que murió en 1961, sin
especificar el día).
Mujeres como Doña Juana
Torres Villanueva, merecen ser recordadas, ponerlas en el pedestal que les
corresponde, que sean ejemplo de valor y patriotismo por defender a su pueblo y
a la Patria que las vio nacer, para que las nuevas generaciones tomen
conciencia de las luchas libradas para gozar del México de nuestros días.
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