Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe
Patrimonio Histórico-Artístico Edificado
de Victoria.
Ficha SEDUMA: 247 Ficha INAH: 074
Se
encuentra localizado en la Loma del Santuario, conocida originalmente como
“Loma del Muerto”, al Sur del plano
municipal; Su fachada principal está aplanada y pintada con colores
tradicionales religiosos, sus muros son de sillar de 55 cm . de ancho, su cubierta
está machihembrada, con armadura de madera de lámina acanalada, inclinada a dos
aguas, de un solo nivel y es propiedad federal: Tiene barda atrial de piedra
con arcos invertidos y pórtico. Del lado Sur del atrio se construyeron anexos
para oficinas y casa cural.
Loma del Muerto.
La superficie del predio mide 5,317 m2 , con un área construida de 1,035 m2
El templo es de planta de cruz latina, con retablos de mármol de fines
de siglo XIX a principios de siglo XX, tiene coro de losa de concreto; En
su interior se encuentra la Virgen de Guadalupe, estupenda escultura de bronce
policromado, obra de Rosa María Ponzanelli.
Vista panorámica.
El Santuario vigila desde lo alto la ciudad y encontramos, para
recrearnos la vista, la panorámica más hermosa de nuestra Capital; Esta
bellísima construcción de estilo neoclásico popular, da a Victoria el
primer templo de dos torres.
El 15 de julio de 1897, es
designado Don Filemón Fierro y Terán (1859-1905), tercer Obispo de la Diócesis
de Tamaulipas sustituyó al segundo Obispo de la entidad, Dr. Eduardo Sánchez
Camacho, religioso heterodoxo quien negó las apariciones de la Virgen de
Guadalupe; a quien se le atribuye el mérito de la iniciación de este inmueble,
dejándolo inconcluso debido a su muerte, acaecida en 1905.
Construcción iniciada en 1897.
Antes de su llegada, el culto a la Guadalupana ya existía en La Loma,
como lo indica un plano de la ciudad fechado en 1895; La conclusión de la obra se debe al Vicario General y
Gobernador de la Sagrada Mitra de Victoria, Don Silvestre C. de León en 1927, quien recibiera valioso apoyo de
Don Pedro Sosa Miranda, en cuyos terrenos de su propiedad estaba asentado el
templo y de los cuales se extrajo el sillar necesario para terminar el segundo
cuerpo de las torres.
Don Pedro Sosa Miranda (1852-1949),
nativo de Hidalgo, Tam., fue un gran benefactor social y en sus talleres se
realizaron los trabajos de herrería de puertas y ventanas del inmueble.
Imponente construcción de la época.
Destacan de sus características arquitectónicas: la doble cornisa con
que rematan el cuerpo principal y los dos cubos de las torres. En su
frontispicio, una puerta de arco de medio punto, está flanqueada por dos pares
de columnas corintias adosadas y sobre pedestal que rematan en la primera
cornisa. Sobre la segunda hay un arco rebajado moldurado con un ojo de buey en
el centro y sobre este nicho, dos rosetones a los lados, que forman el tablero
lobulado con que remata la fachada.
Parte frontal.
En la torre izquierda lado Sur está el campanario y sobre la torre
derecha, con la que se termina el templo, está colocado el reloj que donara
Doña Carmen Romero Rubio de Díaz Mori en 1910,
instalado en 1948, ya que
anteriormente estuvo en el templo del Sagrado Corazón de Jesús.
Cruz de hierro.
El 11 de diciembre de 1992,
se inauguró la escalinata al Poniente, que se convierte en un nuevo acceso, que
preside su cruz original de hierro y permite al Santuario lucir toda su
belleza. El Comité Pro-construcción y Remodelación lo integraron las estimables
damas: Sra. Clara Mansilla de Guillén, Sra. Leticia Montemayor de de León y
Sra. Concepción Guillén de Salazar. Testigos de honor e invitados especiales:
El Cardenal Ernesto Corripio Ahumada, Ing. Américo Villarreal Guerra,
Gobernador del Estado, el electo, Lic. Manuel Cavazos Lerma, Presidente
Municipal Lic. Ramón Durón Ruiz, Fray Raymundo López Mateos, Obispo
de Ciudad Victoria, Monseñor Cesáreo Diez de Pinos e infinidad de fieles
católicos, en el frente del santuario de nuestra señora de Guadalupe existe una
gran explanada mirador, que preside su cruz original de hierro. La construcción
de este proyecto eliminó los árboles que cubrían la fachada, lo que permitió al
Santuario lucir toda su belleza.
Escalinata del Santuario.
Su
antiguo acceso lateral en la vereda fue cerrado y tras esta nueva explanada, se
abrió una nueva escalinata, que remata en un pórtico que bifurca, al iniciar el
acceso, una estupenda escultura de la Guadalupana de bronce policromado, sobre
un pedestal esférico, que a la vez se convierte en fuente de aguas saltarinas.
El evento de inauguración se convirtió en una
ceremonia que fue un verdadero festival
a la Patrona
de México, donde los danzantes, pastores y hermosas pastorelas, brindaron lo
mejor de ellos a la virgen Guadalupana.
Interior del inmueble.
Los compromisos de matrimonios religiosos de las parejas que envueltas
en el aroma de jazmines, nardos y otras flores blancas que inundan el interior
del templo, arrodillados ante el altar, desbordando felicidad unen sus vidas, haciendo
pactos de amor eterno, jurándose estar
unidos hasta que la muerte los separe, ocasión que permite lucir a la novia el
vestido blanco, tan soñado desde la infancia; el novio apuesto, gallardo,
radiante y varonil, a quien acompañan sus padres, amigos y demás familiares que
acuden para testificar la unión con la bendición por Dios.
Los actos ceremoniales de: bautismos, confirmaciones, primeras
comuniones, cumpleaños, órdenes sacerdotales, aniversarios especiales, etc.,
siempre han tenido toque muy distinto, desde siempre, la lucidez de ellos le
dan un y clásico para todos los fieles católicos.
Panorámica actual del inmueble.
Los niños de aquellas buenas épocas, deberán recordar los laterales de
la loma, que eran utilizados como resbaladillas, que siempre terminaban en
pantalones rotos, con su respectivo regaño y amenaza de no volver a dejarlos ir.
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